martes, 21 de agosto de 2012

Requeches S1 Agosto (Parte 3)

Le dije a Hernán que el domingo lo acompañaba a la feria a conseguir pilchas. La idea es hacerse un guardarropas bien flexible, que tenga de base una pieza de cada tipo (una campera de cuero, una de jean, una deportiva, etc), que tengan diferencias entre sí en cuanto a materiales, colores, proporciones, patrones, etc., pero que se unifiquen en lo vintage (uruguayo). En pocas palabras, contar con un vocabulario indumentario lo mas amplio posible para diferentes situaciones, pero que el estilo de ese lenguaje demuestre ser consecuente y sea reconocible. No se precisa guita, pero si una voluntad férrea para levantarse temprano el fin de semana, que es lo verdaderamente old school de toda la cuestión. Supuestamente, con los hallazgos de la semana estaba mas que contento y solo iba a ayudarlo; es lo que pensaría cualquiera. Sin embargo, al llegar estaba bastante claro que buscar juegos retro era la prioridad número uno. Como buen wingman, Hernán encaró por el carril de la izquierda y yo por el de la derecha, mirando los montones de basura como un kaiju que destroza edificios en Tokyo con su mirada de rayos laser. Errr, okey.

Ahora a lo nuestro. Lo primero que requechamos fue una NES. Juntarlas de la calle es un típico hit or miss: fuera de los problemas de alimentación o señal que puedan tener, la fija es que el conector de pines (donde va el cartucho), dé problemas para levantarlos. Por suerte este no era el caso: se trataba de una NES saludable. Bienvenida a la legión!
Metros mas adelante, junto a un montón de comics de Zinco, encontré este número de Crónicas de Atlantis. Hacía un buen tiempo no los veía. Años atrás se conseguían en cualquier batea de historietas de Tristán Narvaja o 18 de Julio, pero se debe haber corrido la bola de que es una miniserie excelente desde todo punto de vista. No creo se haya transformado en un cómic de culto si bien debería. En sólo 7 números se recorren todos los grandes eventos de esta Atlantis mítica a la que no le falta ni magia ni high-tech, cuya tumultuosa historia avanza a través de conflictos ambiguamente personales o  ideológico-políticos.

Luego entramos por las transversales. Salté conmociónado al encontrar un lote de Super Nintendo. Es una consola que tiene muchos seguidores en Uruguay, incluso fuera del coleccionismo, por lo que es poco frecuente encontrarlos juntitos. Primero los carts piratas de Konami. Sunset Riders, uno de los mejores cooperativos de SNES y una demostración del pixelated chicken leg-western (resumiendo, todas esas líneas de fuga de las que se habla en los talleres de cine, tras una balacera multicolor).  Castlevania: Dracula X no necesita presentación. Tengo claro que es muy difícil conseguir estos juegos originales, así que aproveché la ocasión para poder jugarlos en la TV por dos pesos. La piratería para un gamer sudaca es hacer patria.

De los otros juegos, el único que no tenía era el Super Star Wars: Return of the Jedi. Como todo juego occidental, se pone sloppy bastante seguido y el arte lo hace a uno dudar, pero hay que reconocer que es muy completo e intenta sacar lo mejor de los 16-bits, a su manera. Donkey Kong Country 3 y Street Fighter 2: Turbo son los juegos que uno quiere encontrarse repetidos para canjes, y hasta ahí parecía un cierre de semana ideal, pero antes de irnos nos encontramos este stand, joypad y transformador de Virtual Boy, rarísmo para una requechada callejera. Ahora descansará en el stock del videoclub hasta que alguna situación lo requiera. Espero sea en los próximos cinco años.

Antes de terminar el día, un feriante amigo me dió ese Squirtle que tiene una tapa donde aparentemente se guardaba algún líquido. No sin recomendarme un uso posible: "Para guardar los saques!"

viernes, 10 de agosto de 2012

Requeches S1 Agosto (Parte 1)

Un amigo coleccionista me llamó por teléfono (las noticias en Montevideo corren rapidísimo en el fandom que sea) y me dijo: "Me enteré de lo que pegaste; bo Harlock, te fuiste al carajo". Y eso que me llamó temprano en la semana, el jueves.

Luego de una seguidilla de semanas difíciles, ese lunes tenía planeado descansar. Me levanté de una siesta a las 4pm e hice lo que hago cuando no quiero encarar nada: entrar a Mercado Libre a ver que se cuece. Fui a la sección de Super Nintendo y encontré que un pibe vendía juegos nuevos de NES a 400pe. Entre los 120 (!) títulos que tenía habían juegos black label, unlicensed, gemas subvaloradas, AAA's, e incluso varios de los carísimos "swan songs". No pasaron 15 minutos que ya lo había llamado al vendedor y estaba rumbo al centro.

El lugar era una vieja casa de computación que estaba cerrando luego de veinte años de trabajo. Vendian y descartaban todo lo que les quedaba. Al costado ví una mesa tapada en colores brillantes, y ahí estaban todas las cajas, siendo inspeccionadas por un chico con acento tropical y otro que era el vendedor, Ethan. Saludé y me puse a revolver. Tenía muy en claro lo que buscaba con mi presupuesto limitado. Asalté una caja marrón llena de juegos y en el fondo los encontré: Mighty Final Fight y Little Samson. El primero una adaptación perfecta a 8-bit de un beat'em up 16-bit, que jugué prestado en Family hasta el cansancio en los 90s. El segundo, uno de los  mas difíciles de encontrar, y también uno de los mas artísticamente construídos. Los dos juegos salidos en el 93', con la NES al borde del game over.

Le digo al chico tropical que en realidad solo me interesan esos juegos, y como él se esta apilando una montaña de títulos también interesantes, me dice que esta todo bien. Panic Restaurant, Rainbow Islands, Mermaids of Atlantis, Die Hard, Wrecking Crew... otro Panic Restaurant por las dudas. Juegos que juntos salen lo mismo que dos fuscas. Agarro también un Megaman 2, ya que en otra circunstancia sería imposible pagarlo, y también un Totally Rad, juego fetiche de HAYDIROKET (ídolo incondicional en Adios Fandom!). Hasta ahí, fin del crédito disponible. Cae un nuevo ninja a la escena.

"Vengo por el Little Samson", dice. Ethan le dice que ya tiene dueño y me hago un poco el pelotudo. Terminan diciéndole que me lo llevé yo y me pregunta que mas llevo. Le digo que mejor no vea, porque le va a doler. Resignado, busca entre las sobras. Los primeros en llegar pagamos y nos vamos a conversar a la esquina. Resulta que este chico es un retrogamer de Colombia viviendo y estudiando en Uruguay. Mientras tanto llamo a un amigo y le paso las coordenadas del lugar para que arrase con todos los black labels, su especialidad. A los pocos minutos aparece, le muestro lo que hay adentro de la bolsa, me grita "hijo de puta!" y se va corriendo antes de que sea demasiado tarde. Pasa quien supongo es el tío de Ethan y me dice riendose: "Asi que te llevaste el mas caro! un tipo dijo que pagaba 150 dolares por ese juego!". Me dió algo de pena la situación, pero en definitiva, el encargado de que los pibes jueguen soy yo.

Caminé hasta lo de una amiga en Yí. Al llegar un porro empezó a dibujar círculos en el apartamento. Conversamos sobre las plantas y cuestiones audiovisuales rodeando una estufa a gas. El telefonó empezó a sonar y veo que es Ethan. Me dice que en el depósito había encontrado un par de cosas que quizá me interesaban.

jueves, 2 de agosto de 2012

Requeches de la semana 23/07

Me demoré en actualizar. En las últimas semanas estuve algo ocupado, por lo que no tuve mucho margen para la busqueda. Esa semana la pasé trabajando como un Tool Shop NPC en el almacén, y el fin de semana una amiga se volvió para España luego de probar suerte en Uruguay durante un año, por lo que todos sus amigos pasamos hangouteando con ella las últimas horas. Era de esperar que iba a tener algún cuelgue autista, así que me llevé la Gameboy Pocket con el Final Fantasy Legend II (en realidad se titula así por mercadotecnia yanqui, el juego en Japón se llama SaGa 2). 

Un chico lo ofreció en Friki Sales a $150 y le lancé automáticamente un shuriken en forma de inbox. Al otro día, veloz transacción en Tres Cruces mediante, volví con él. Jugarlo en portatil es divertido, y en Super Gameboy ya da para fisurarse por horas. La mecánica de los combates permite muchas variantes. Acá no corre el que todos arrebaten al adversario como un grupo de planchas envalentonados con un tetrabrick. Cada miembro de la party tiene que cumplir una función específica (defender, hacer daño individual, daño grupal, asistir), y cada combate plantea algunas diferencias también pues dependendiendo del desempeño en batalla, el incremento de atributos posterior. Todo con una sencillez pensada para jugarlo rápidamente en cualquier lado.
Por otra parte, el universo de Saga 2 no es para nada cerrado. El argumento del juego plantea que los heroes buscan unas reliquias a lo largo de diferentes mundos a los cuales se accede por una interdimensión. Al momento me crucé con gigantes, demonios, terroristas iguales a militares convencionales, robots, mutantes, y un rejunte de los bichos que se ven en RPGs medievales o futuristas, donde todos son enemigos y a la vez NPCs. Ese principio abarca todo el juego. Me imagino algún niño en los 90s pensando lo radical de que su caballero con escudo dispare repentinamente con un lanzacohetes.

Antes de llevar a mi amiga al aeropuerto pasé por la feria en BLITZ-MODE y levanté este Master Fighter VI'. No lo pude probar todavía, aunque ya se sabe por donde va la cosa con estos hacks chinos. Gus de Retrogaming Argentina hizo una reseña de varios de ellos para el que tenga interés.

Para liquidar todo, encontré el Dudes With Attitude en una feria vecinal. En serio, ¿qué se puede esperar de un juego llamado así? Respuesta: cualquier cosa menos una cara que pica en los bordes de la pantalla comiendo objetos. Este es el tercer título de American Video Entertainment que encuentro en el año, siendo los otros el Rad Racket y el Venice Beach Volleyball, cuyo mayor merito es tener una bonita palmera animada en la intro. Kuso games americanos, que es como decir kuso games de kuso games.